24 de diciembre de 2020

"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una Luz grande..."

Nochebuena-Misa de Vísperas/medianoche: Is 9, 2-7/Tito 2, 11-14/Lc 2,1-14

 

. "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una Luz grande…". Apenas ha iniciado el invierno. Árboles desnudos de hojas, frío, mañanas y atardeceres helados, menos luz… y, sin embargo, hay algo en la Navidad que habla de la incesante novedad del mundo, de la posibilidad de estrenarlo e iluminarlo de nuevo… cuando ya lo creíamos marchito y caduco…

 

. Es verdad que añoramos y rememoramos el paraíso de la infancia, que aumenta el sentimiento por la ausencia de las personas que amamos y ya no están o el dolor por las rupturas familiares, por no poder encontramos físicamente… por no poder dar un abrazo, curiosamente, porque nos queremos…. Pero la situación que estamos viviendo ha de ayudarnos a valorar más las cosas importantes de la vida, a nuestros seres queridos, a dar gracias por ellos, expresarles nuestro amor, a cuidarnos pese a renunciar a reunirnos…

 

. "No temáis: os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo…". Jesús se presenta de nuevo ante un mundo azotado por la pandemia que ha traído muerte, sufrimiento, soledad, ansiedad… ¿cómo encontrar ese camino hacia Belén en este momento de la humanidad con millones de personas infectadas, tantos muertos, miles encerrados en sus casas…y los efectos sociales de la crisis económica y social? ¿Cómo comunicar la buena noticia y revivirla de forma amable?

 

. "Dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales, lo acostó en un pesebre porque no había sitio en la posada". Nos tenemos que abrir a un Dios siempre distinto y siempre mayor de lo que esperamos, que se hace presente en lo profundo, lo más interior de la vida y la historia, en el corazón… Se puede encender la luz de Jesús, tímida y frágil, marginal, pero que ninguna oscuridad puede apagar porque es la Luz de la Vida, la Luz de la esperanza.

 

. Navidad enseña que el "milagro" de refundar nuestra vida es posible como Dios Creador "refundó" la suya haciéndose "niño" …. Adorar a Dios exige agacharse, entrar en una cueva, reparar en la fragilidad de un niño, de la vida… y descubrir que no hay felicidad sin la aceptación plena de lo que somos; y lo que somos, incluye a la dimensión espiritual que se abre al Misterio. No se puede expulsar a Dios del horizonte vital; hacerlo es perdernos…. Chesterton decía: "Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural".

 

. Si Dios viene a nuestro encuentro es para que podamos caminar hacia Él, y, aún en nuestra dispersión, podamos encontrarle; si nos mira es para que podamos verle; si nos escucha es para que sepamos que estamos siendo atendidos; si extiende sus brazos hacia nosotros es para que aprendamos a abrazarnos de nuevo. Y si nace cada año es para que podamos renacer y descubrir en sus ojos la generosidad y la ternura, aclarar nuestra visión de la vida y las cosas; construir el pesebre donde aún podamos reinventarnos: las dos manos abiertas son un pesebre; la misericordia y el perdón son el calor del pesebre y en una vida que se abre a la fraternidad habita, incluso sin saberlo, en el misterio eterno de la Navidad.

 

. Esta Navidad ciertamente está siendo diferente: con ausencias amargas, menos ruidos, menos agitada… más humilde, sencilla y esto nos permitirá recuperar nuestra fragilidad y al hacerlo nos atreveremos a entrar en la cueva donde Dios espera…. A recuperar solo lo que merece la pena, ese espacio interior donde el silencio, la contemplación, la sencillez y el asombro nos ayudan a descubrir a Dios en la mitad de todo esto… Algo nuevo, bueno, hermoso, verdadero puede brotar en estos momentos: "un niño es la esperanza del mundo".

 

. "Se ha manifestado la gloria de Dios". Por ello llevemos una vida santa, sobria, religiosa. Si nos hiere la amargura, creamos firmemente en todas las personas que todavía trabajan para el bien: en su humildad está la semilla de un mundo nuevo. Cultivemos el asombro. Vivamos, amemos, soñemos, creamos... Y, con la gracia de Dios, no desesperemos nunca: "Nos ha nacido un Salvador". Este es el milagro que salva al mundo.  Que así sea con su Gracia. 

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