24 de septiembre de 2022

"... practicando la justicia, la paciencia, la mansedumbre...".

. Celebramos hoy la solemnidad de la Merced, aquí en Barcelona y, aunque las lecturas son del domingo permitidme que comience recordando a nuestra madre, bajo la hermosa advocación de "Merced". Este año precisamente ha sido restaurada la imagen de la Virgen, talla del siglo XIV, y ha vuelto al camarín de la basílica.  La renovación de  la imagen es una invitación a renovar también nuestra vida, a crecer en la devoción de nuestra Madre que nos  trae a Cristo y nos lleva hacia Él.

. No es bueno ni inteligente la ruptura de las tradiciones, el olvido deliberado de los valores del pasado. El papa Francisco, en el VII Congreso de líderes religiosos de Kazakhstan, recordó que no hay que "descuidar los vínculos con la vida de quienes nos han precedido, también por los medios tradicionales que permiten valorar lo que se ha recibido como herencia…". En este sentido, las tradiciones religiosas, las religiones, no son problemas sino parte de la solución para una convivencia más armónica.

. No hay duda del origen religioso de esta fiesta: la Misa (Ofici), los gozos, la procesión, los diablos…. Forman parte de esta tradición que nace y se entiende desde la fe; silenciarlo es pura ideología que trata de romper los vínculos religiosos… de hecho, si celebramos La Mercè es por "algo" se inició en el siglo XII, por iniciativa de S.  Pere Nolasco, bajo el manto de María, llena de Misericordia y este "algo" fue la redención de los cautivos. Una redención de permanente actualidad porque siempre necesitamos ser liberados de toda forma de esclavitud, especialmente del pecado.

. María, además, nos dejó su testamento en las palabras de las Bodas de Caná: "Haced lo que Él os diga" y hoy el Señor, con la parábola del evangelio, con imágenes populares de su tiempo, nos dice que Dios tiene la última palabra sobre ricos y pobres; que la riqueza no garantiza la seguridad ni la salvación; que la dureza del corazón y la indiferencia son una ofensa grave a la dignidad de la persona, "el peor mal del mundo", como decía santa madre Teresa de Calcuta o, en palabras del papa Francisco: "Es un virus que paraliza, que vuelve inertes e insensibles, una enfermedad que ataca el centro mismo de la religiosidad, provocando un nuevo y triste paganismo: el paganismo de la indiferencia".

. Como el profeta Amós, en la primera lectura, Jesús viene a decirnos una vez más que nadie puede salvarse solo, que nadie puede prescindir de los demás, que todos necesitamos de todos; que no podemos ser hijos de Dios, si no somos hermanos de los hombres, hijos de un mismo Padre Dios, sensibles al sufrimiento ajeno, sin evitar el contacto, la palabra, la cercanía que nos haga superar el egoísmo brutal en el que, en ocasiones, nos movemos. Que la perdición es encerrarse en los propios bienes, insensibles, indiferentes a la compasión, incapaces de mirar y ver al "otro" que está a nuestro lado.

 

. Y la parábola enseña también, sin condenas, que no podemos buscar excusas para creer y convertirnos, diciendo que necesitamos una evidencia, un signo contundente que se imponga ("Que resucite un muerto"- "Que Dios elimine la injusticia"). Nunca lo tendremos. Pero si lo hubiera, no sería para nuestro bien. Porque nuestra adhesión a Dios no sería un acto libre, y por eso tampoco sería un acto digno de un hombre, ni digno de los hijos de Dios. La fe, "se propone, no se impone" (S. Juan Pablo II) y quien es capaz de abrir el corazón a los demás es capaz de leer signos de la presencia de Dios, de la esperanza en la vida de cada día....

. San Pablo nos anima a vivir: "practicando la justicia, la delicadez, la paciencia, mansedumbre…".   Que así sea con la Gracia de Dios.

17 de septiembre de 2022

"El que es fiel en lo poco..."

DOMINGO XXV TO -C- 1 -  Am 8,4-7/1 Tim 2, 1-8/Lc 16,1-13

 

. "La vida a nadie se le ha dado en propiedad sin a todos en administración". Séneca. Para un cristiano la vida es un don, un regalo que se nos ha dado para ponerlo al servicio del bien común, de los hermanos, de la creación… con los medios necesarios. Lo que somos, lo que tenemos es un regalo; lo recibimos desde la generosidad para darlo también desde la generosidad.

 

. Esta conciencia de ser administradores libres, no dueños, nos lleva a realizar opciones importantes en la vida: honradez/injusticia, fidelidad/infidelidad, egoísmo/altruismo, bien/mal… y es que, nos dice Jesús: "No se puede servir a dos señores".   Con frecuencia en nuestro manejo del dinero, de los recursos naturales, "nos servimos de Dios y servimos al dinero". Lo correcto sería lo contrario "Servir a Dios, sirviéndonos del dinero". El que es hábil (sagaz) para crear riqueza lo ha de realizar para servir al ser humano. No servirse del ser humano para acrecentar sus riquezas. Sólo a Dios, y en su nombre y para su gloria y la de los hombres, servirnos de todo lo demás,  con honestidad.

 

. Por ello o nos situamos en la lógica perversa del lucro, la mentira, la explotación (Amós, llamado  el "Profeta de la justicia social", ya denuncia en su tiempo con críticas muy duras algo que se sigue dando entre nosotros…) o en la lógica de la honradez, compartir, solidaridad…, dignidad de la persona, del bien. En ambos casos es necesario "ser astutos", de hecho, Jesús alaba al administrador infiel que se busca la vida, no por lo que hace que está mal, sino por la astucia rápida para prepararse el futuro, una astucia que debemos tener también quienes queremos hacer el bien y ser honestos, sencillos, transparentes… "los hijos de las tinieblas en sus cosas son más listos que los hijos de la luz".

 

. El Papa Francisco recuerda en "La alegría del evangelio" (2013) que: "La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se considera contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado. Para éstas, si son absolutizadas, Dios es incontrolable, inmanejable, incluso peligroso, por llamar al ser humano a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud. La ética —una ética no ideologizada— permite crear un equilibrio y un orden social más humano".

 

. "Quien es fiel en lo poco lo es también en lo mucho". Qué importante es estar atentos a los pequeños detalles, a aquello a lo que quizás no damos mucha importancia pero que va configurando nuestro pensamiento y nuestro corazón para cosas y situaciones más importantes. Las grandes fidelidades y compromisos se fraguan en las pequeñas acciones y decisiones. Para ello es necesario descubrir el valor de la honradez que nos hace libres y, aunque sin mucho ruido, transforma nuestro entorno.

 

. San Pablo nos recuerda hoy que la oración de la comunidad cristiana debe ser universal pues a todos los hombres, especialmente los que rigen los destinos de los pueblos de los que depende en buena parte el bienestar de todos, deben alcanzar la única salvación ofrecida por Jesucristo. Ojalá, sin ira ni división en el corazón, podamos alzar las manos limpias en una oración confiada y sincera a Dios por todos los hombres y mujeres nuestros hermanos. Que así sea con la Gracia de Dios.

3 de septiembre de 2022

"Los hombres se salvaron por la sabiduría"

. XXIII TO –C- Sab 9, 13-18 / Fl 9b-10.12-17 / Lc 14, 25-33

El texto del libro de la Sabiduría comienza con una pregunta: ¿Qué hombre conocerá el designio de Dios?  Y concluye con la afirmación categórica: Los hombres… se salvaron por la sabiduría. Es una oración alabando la sabiduría de Dios e pidiéndola para el conocimiento humano. Es una buena pista para que recorramos el camino de nuestra vida según la sabiduría de Dios, destinada a ser guía segura de vida y de salvación. Ahora bien, tal sabiduría no se refiere al conocimiento de verdades abstractas, sino que se concretiza en la persona de Jesucristo, de quien afirma san Pablo que Cristo es fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,24).

Así, pues, ¿quién mejor que el mismo Jesucristo para enseñarnos la verdadera sabiduría? Nos pide disponibilidad total para ser sus testigos al precio que sea necesario. Por eso, con todo el realismo del mundo, sin engañar a nadie con falsas promesas, nos deja libertad de elección, pero nos advierte de las dificultades y exigencias del seguimiento. La clave está en entender que el discípulo no es aquella persona que ha dejado algo, sino que ha encontrado a "Alguien" y este encuentro hace que pase a segundo lugar todo lo demás. Todo se mira desde la perspectiva de la mirada de Jesús y todo así adquiere su verdadero valor. A los que le tienen confianza, Él le devuelve cien veces más.

No es ciertamente fácil por eso el Señor nos pone dos ejemplos de sentido común:  ver los pros y los contras ante un determinado proyecto: construir una torre o entrar en batalla de quien le ataca con un mayor número de soldados. Hay que asentar sólidamente cualquier decisión y hay que hacerlo con la libertad interior suficiente, es decir, con sabiduría: "Todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío" (v. 33). Y recordamos que la renuncia no se hace porque los bienes no sean buenos sino porque todo, familia, bienes…, se entienden y viven con mayor plenitud, desde al amor a Dios, especialmente manifestado en las personas amadas y cercanas de nuestra familia y nuestra vida y en toda la creación.

En este mismo pasaje del Evangelio, Jesús nos recuerda también la prueba del verdadero amor por él: "cargar con la propia cruz". Asumir la propia cruz no significa buscar sufrimientos. Cristo tampoco se puso a buscar su cruz; en obediencia a la voluntad del Padre la cargó sobre sí cuando los hombres se la pusieron a espaldas, transformándola con su amor obediente de instrumento de suplicio en signo de redención y de gloria. Jesús no vino a aumentar las cruces humanas, sino más bien a darles un sentido. Con razón, se ha dicho que "quien busca a Jesús sin la cruz, encontrará la cruz sin Jesús", es decir, de todos modos, encontrará la cruz, pero sin la fuerza para cargar con ella. 

 

Todo nace del amor a Jesús y de la pasión por la construcción del Reino. Se espera que nosotros seamos sensatos para tomar en consideración lo que el Señor nos dice y repite, ofreciéndonos adentrarnos en la verdadera sabiduría, la que nos conduce a la salvación. "Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato", hemos rezado en el Salmo. Que así sea con la Gracia de Dios.