23 de octubre de 2021

"¿Qué quieres que haga por ti"?

. DOMINGO XXX - T.O. -B- Jer 31,7-9/Heb 5,1-6/Mc 10,46-52 - DOMUND

 

Domund 2021:  El Señor nos convoca a sentirnos parte activa de la misión.  La hermana Gloria Narváez, secuestrada en Mali por un grupo terrorista vinculado a Al Qaeda, colombiana, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, de 59 años, misionera en África desde 2002, liberada hace quince días. Marcas de la piel, aspecto demacrado son signos visibles del secuestro en un punto perdido del desierto entre Mali y Burkina Fasso donde domina el yihadismo.  "Había trabajado en diferentes colegios de Ecuador, Perú, Suiza… pero ella buscaba estar con los abandonados del mundo. Era consciente de los peligros, pero era fiel a su misión. Ayudaba a las mujeres y a los niños a salir adelante, les enseñaba a leer, a sumar, a restar y también les curaba en un centro de salud. En 2017 la comunidad fue atacada por hombres armados con cuchillos y machetes… enfrentada a ellos les dijo que era la mayor de todas, se la llevaron y la vendieron a los yihadistas. Los testimonios hablan de la "la trataron más o menos bien, respetaron su dignidad de mujer y el hecho de ser religiosa".  Mientras tanto curaba a sus propios captores yihadistas que estaban enfermos. Tiene un corazón grande y bueno. Se ganó su cariño". Mantuvo siempre "Coraje y valentía" en sus cuatro años y ocho meses de secuestro

 

Recuerda el Papa que "con su testimonio de vida" los misioneros nos ayudan "a renovar nuestro compromiso bautismal de ser apóstoles generosos y alegres del Evangelio". No podemos reservar al Señor "para nosotros mismos", aludiendo al lema de este año: "Cuenta lo que has visto y oído". Los primeros cristianos iniciaron su vida de fe "en un ambiente hostil y complicado", sufriendo persecuciones y amenazas, pero no les llevó "a replegarse". Ellos transformaron los inconvenientes, contradicciones, dificultades en oportunidades para la misión. Siempre podemos y debemos ser testimonios de nuestra esperanza. Todos podemos compartir el anuncio esperanzador de Jesús e impulsar o ayudar en las iniciativas que promueven la fraternidad, también aquí, "tierra de misión". Siempre es un error pensar que otras épocas fueron mejores para el anuncia. Esta es nuestra época y aquí teneos que ser instrumentos y mensajeros de reconciliación y compasión. Es el mensaje de la palabra de hoy en jeremías y el Evangelio: confianza total en la misericordia de Diosa no obstante nuestras carencias y fuerza para superar las barreras que nos impiden acercarnos al Señor…

Caminar junto a los hermanos los caminos de la vida; abrir el corazón, y escuchar "cordialmente", con paciencia, sin cansarnos; hacerse prójimo, anticiparse ("¿Qué quieres que haga por ti?"); testimoniar en nombre de Jesús ("Anda, levántate, que te llama"). El camino de fe termina en el Evangelio de una manera hermosa y sorprendente, con Jesús que dice: «Anda, tu fe te ha salvado» (v. 52). Y, sin embargo, Bartimeo no hizo profesiones de fe, no hizo ninguna obra; solo pidió compasión. Sentirse necesitados de salvación es el comienzo de la fe. Es el camino más directo para encontrar a Jesús. La fe que salvó a Bartimeo no estaba en la claridad de sus ideas sobre Dios, sino en buscarlo, en querer encontrarlo. La fe es una cuestión de encuentro, no de teoría. En el encuentro Jesús pasa, en el encuentro palpita el corazón de la Iglesia. Entonces, lo que será eficaz es nuestro testimonio de vida, que nos hace a todos verdaderos misioneros, capaces de mostrar la alegría de nuestras vidas: Jesús. Que así sea con su Gracia.

 

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