22 de enero de 2021

"Os haré pescadores de hombres"

. III Dom TO-B- Jon 3,1-5.10 , Sal 25 , 1Co 7, 29-31 , Mc 1, 14-20

 

. Domingo de la Palabra:  con el motu proprio "Aperuit illis", el papa Francisco instituía el Domingo de la Palabra, el III domingo del TO. Se pone el acento en la centralidad de la Palabra en la liturgia, un tesoro ofrecido a todos durante siglos que hay que conocer y amar. Escuchar, leer, meditar la Palabra nos ayuda en la búsqueda de la verdad de Dios y de la verdad de nuestra vida y existencia. La Sagrada Escritura es como un diálogo entre Dios y las personas hecho de palabras, gestos, silencios… el sentido de la vida es un don que puede ser acogido en el diálogo con Dios, en las historias y plegarias de la Biblia…La Palabra es luz, fuerza, ayuda en los momentos de oscuridad; es respuesta, propuesta, pregunta también, para superar la tristeza, el desánimo, la resignación… y dejar que la Luz interior ilumine de nuevo el corazón.

 

. Hoy empezamos el evangelio de Marcos. En el texto encontramos dos apartados:  resumen del mensaje de Jesús y llamada de los discípulos. La primera actividad de Jesús en Galilea fue proclamar el evangelio de Dios, en un sentido teológico y en tono indicativo ("Se ha cumplido el plazo; está cerca el Reino) y en un sentido antropológico propuesto en imperativo ("Convertíos y creed en el evangelio").  El reino empieza con Cristo y se va encarnando en la trama oscura e incierta de nuestra historia… a la intervención de Dios debe responder el compromiso humano que es siempre un cambio de actitud, de mentalidad, de fe y adhesión a Cristo que salva. Jesús llama a dos parejas de hermanos para que colaboren en su proyecto y ellos corresponden haciendo del camino de Jesús su propio camino, comenzando el itinerario de todo discípulo.

 

. Pablo, seguidor de Jesús, llama también a un cambio inminente de vida ("El momento es apremiante", escribe a la comunidad). Para él, el cristiano se casa, posee, se alegra y llora como cualquier otra persona, pero sitúa todo ello en el horizonte de la fe y la esperanza en la venida próxima del Señor. Esta esperanza le llevará a no arredrarse ante las persecuciones, a ser libre frente al pecado, sea personal o social, que tienta, esclaviza, destruye. Para un cristiano, el amor matrimonial, el tener, los motivos de gozo o tristeza se ponen al servicio del bien mayor que es el Reino de Dios, por eso, la actitud es la de comprometerse en el mundo para que nuestra historia sea cada día más la historia de Dios.

 

. "Os haré pescadores de hombres" es una metáfora de la misión del cristiano. Es la misión para la vida plena: hacer personas libres, amantes de la verdad, habitadas por el Espíritu del Padre y de Jesús, constructoras de paz, cercanas a los más débiles... capaces de ofrecer un sentido, una mirada creyente a cuanto estamos viviendo. Ser discípulo de Jesús, siempre y hoy también, significa responder a su llamada, seguirlo, vincularse a su persona, dejarse acompañar por Él, compartir su mismo distinto en fidelidad y disponibilidad, colaborar en su misma misión. El Señor nos llama y nos hará "pescadores de hombres". Seguimos caminando… Que así sea con la Gracia de Dios.

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