14 de agosto de 2023

"Me felicitarán todas las generaciones..."

2023. ASUNCIÓN DE LA VIRGEN – Ap 11, 19ª; 12, 1-6ª.10ab- 1 Cor 15, 20-27ª-Lc 1, 39-56

. Esta fiesta de la Asunción de la Virgen nos hace redescubrir y afianzar nuestra vocación cristiana. Somos ciudadanos de este mundo, empeñados y comprometidos en hacer realidad el Reino de Dios, pero aspiramos a vivir su plenitud en la casa del Padre, llegar a la meta, al encuentro definitivo con Dios. De hecho, esta fiesta de nuestra Madre hace referencia a la Resurrección de Jesucristo.  Su victoria sobre la muerte es también la victoria de cada uno de los creyentes, en primer lugar, de la Virgen, primera discípula de Jesús, "modelo de vida y de seguimiento" para todos nosotros.

. Somos ciudadanos del cielo. Nuestra vida no se acaba aquí. Superada nuestra condición mortal, esperamos llegar a la plenitud. Allí donde está Jesús, con María, esperamos estar también nosotros. No se trata de querer saber el cómo ni el cuándo. Lo importante es fiarnos plenamente de Jesús y dejar a Dios ser Dios, como nos enseña María con su entrega confiada: "Hágase en mí según tu Palabra" y su disposición de servicio: "Se puso en camino…".

. Ella, la llena de gracia, que espera el nacimiento de su hijo no se cierra en sí misma, sino que abre los ojos y el corazón a las necesidades de los demás. Como vemos hoy en el Evangelio, se pone en camino a prisa con los brazos abiertos para ayudar a quien le necesita. Su actitud es una actitud generosa de disponibilidad y de servicio. La caridad es, de hecho, el origen y el final del camino cristiano; es el "amor en acción", en gestos de ayuda, acogida, abrazo… Comentando esta escena el Papa Francisco dice: "la Virgen que sale corriendo, cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda, viene, se apura. Se apura para estar cerca de nosotros, se apura porque es Madre".

. En el encuentro de María e Isabel, ambas están viviendo una experiencia extraordinaria, una experiencia de fe y cada una de ellas siente un profundo agradecimiento a la acción de Dios. Isabel era estéril y la acción del Espíritu Santo la ha hecho fecunda. María es Virgen y la acción del Espíritu Santo ha hecho posible que se esté gestando en sus entrañas al Hijo de Dios. Por eso existe una complicidad especial entre ellas. Ellas lo saben y se sienten amadas de un modo especial por Dios.

. Han sido escogidas para hacer posible la llegada al mundo de la salvación. Isabel dará a luz a la Voz y María dará a luz a la Palabra. Por eso, Isabel al escuchar el saludo de María, se le remueve las entrañas y saluda a María con una bendición "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre"; reconoce su pequeñez y la grandeza de María. Alaba la fe de María y le llama dichosa por haber creído en la promesa de Dios.

. De la alegría de la fe nace el Magnificat, un canto de alabanza que hacemos nuestro, generación tras generación y que nos recuerda que el futuro, el porvenir, pertenece a Dios, está en sus manos... Y no vence el dragón, que representa las fuerzas del mal, del que habla hoy la primera lectura, que parecen invencibles sino la mujer que cree, espera, confía y, aunque parezca indefensa, nos lo muestran la primera lectura y el evangelio, es más fuerte porque Dios es más fuerte, porque el Amor, aunque sea vulnerable, es siempre es más fuerte. Que así sea con la Gracia de Dios. 

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