19 de febrero de 2022

"Sed misericordiosos..."

2022. VII TO -C- 1 Sam 26,2.7-9.12-13/1Cor 15,45-49/Lc 6,27-38

Empiezo reconociendo mi propia dificultad para comprender y vivir el texto evangélico de hoy. Cada vez que lo leo o la liturgia me lo presenta siento una mezcla compleja de sentimientos: imperativo, palabra de Dios, imposibilidad, para otros más santos… Pero el mensaje sigue ahí, no cambia y no lo puedo "reinterpretar". Dice lo que dice y lo expresa con claridad: "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, sed compasivos…, perdonad…"

. Regla de oro en la tradición bíblica: "Trata a los demás como quieres que ellos te traten a ti" formulada en positivo y, en negativo: "No hagas a los demás lo que no quieres te hagan a ti". Haz, desea, quiere… sentimiento y pensamiento, deseo y voluntad… el bien.

En el NT: "Sed misericordiosos como Dios, vuestro Padre es misericordioso", y hace salir el sol sobre buenos y malos y caer la lluvia sobre justos y pecadores…No juzguéis, no condenéis…; la mirada de Dios para cada uno de nosotros; nuestra mirada…

Bastaría esto para cambiarnos, para cambiar el mundo… Y, trato de explicar racionalmente que no se trata de tolerar el mal, de justificarlo o soportarlo pasivamente…  se trata de combatirlo, denunciarlo, vencerlo haciendo el bien; se trata de romper la cadena del mal en cualquiera de sus formas: odios, indiferencia, venganza, persecución, injusticias…

Puedo decir: sí, pero "me ha odiado, maltratado, producido una herida incurable, ha puesto en peligro mi vida…" y añadir: es verdad, pero "lo pongo en manos del Señor y pido su conversión…".

. Cristo es el ejemplo supremo de aquello que enseña y me pide hacer: luchó contra el mal, lo denunció y lo hizo desde la no violencia, desde el perdón de sus propios asesinos: "Padre, perdónales…". "Guarda la espada, porque quien ha hierro mata a hierro muere" … la misericordia, la redención posible…

Hombres y mujeres de buena voluntad que miran a lo más hondo de la humanidad, con realismo, sin ideologías… han vivido y viven esta experiencia radical: No te dejes vencer por el mal. Vence al mal a fuerza de bien. No te canses de hacer el bien. No solo no odies, que no es poco, ama, que es mucho más. Lucha contra el mal… responde con una Bendición.

Vivimos en sociedades que tienden a la violencia física y psicológica, donde el respeto, el perdón, la compasión o el compartir no son valores de moda Esta actitud empieza siempre superando toda tentación de violencia en el interior; en el corazón se produce la primera batalla y la esencial:

Historia del anciano indio que, hablando con su nieto, le decía: "Siento como si tuviera dos lobos luchando en mi corazón. Uno de los dos está enfadado, es violento y vengativo. El otro está lleno de amor y de compasión. El nieto le preguntó: "Abuelo, dime, ¿cuál de los dos lobos ganará la lucha en tu corazón? El abuelo respondió: "Aquel al que yo alimente". Esta es nuestra lucha diaria. La cuestión en conocer con realismo y sin miedo, a qué lobo de los dos alimentamos.

. Nosotros queremos alimentar los impulsos de bondad, pero somos débiles, humanos, por eso necesitamos siempre la fuerza y la Gracia de Dios. Amén.

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