14 de mayo de 2021

"Id al mundo entero y proclamad el Evangelio"

. ASCENSIÓN –B- Hch 1,1-11/Ef 4,1-13/Mc 16,15-20

. La fiesta de la Ascensión nos invita a tener la mirada fija en el cielo, donde reside Cristo a la derecha del Padre, glorificado por Él, pero también una mirada fija en la tierra, en las manos y el esfuerzo para anunciar la Buena Noticia a todas las gentes. Mirando al cielo, fuente de nuestra inspiración y meta de nuestra vida, debemos seguir trabajando aquí, mientras vivimos, por construir la "civilización del amor" y para "dar razón de nuestra esperanza" a todo aquel que nos lo pida. No podemos desentendernos de este mundo, ni vivir la fe desencarnados de la vida... ni de manera individualista, sino comunitaria; no podemos dejar de manifestar lo que creemos en la sociedad, cultura... sin miedo a nada ni a nadie.... Hombres y mujeres portadores de luz en medio de tanta tiniebla o indiferencia.

 

. En esta misión, el Señor, que sube al cielo, no nos abandona a nuestra suerte. Está con nosotros, en nosotros y puede hacer lo que a nosotros creemos imposible. Pensemos que la salvación del mundo no es tarea solo nuestra, es voluntad de Dios, pero Él cuenta con nosotros: "Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda la creación", es el último mensaje de Jesús. Ha de ser pues, incansable el esfuerzo de evangelización: con el propio testimonio (donación, perdón, bien...) que es la más grande obra evangelizadora, pues la vida santa arrastra, interroga... y el anuncio explícito de Jesucristo allí donde la Providencia nos ha colocado...

. La originalidad de la Iglesia no está en la adaptación a las costumbres sociales o culturales sino en la fidelidad a las enseñanzas, gestos, palabras de Jesús, del Evangelio y en la actitud cercana, fraternal, a todas las personas en la situación en la que se encuentran. Y siempre, la de confirmar y verificar la Palabra con los gestos y signos coherentes que hacen presente a Jesús. En todos los ámbitos de la vida, la cultura y la comunicación humana.

. No es el mucho hablar o la elocuencia vacía lo que comunica de verdad. Escribía Shakespeare en la obra "El mercader de Venecia", unas palabras que valen también para nuestros días: "Sabe hablar sin cesar y no decir nada. Sus razones son dos granos de trigo en dos fanegas de paja. Se debe buscar todo el día para encontrarlos y cuando se encuentran, no valen la pena de la búsqueda". 

. El Papa Francisco en el Mensaje para la 55 JM de las Comunicaciones Sociales, que se celebra hoy, titulado: "Comunicar encontrando a las personas donde están y como son", subraya:

"La buena nueva del Evangelio se difundió en el mundo gracias a los encuentros de persona a persona, de corazón a corazón. Hombres y mujeres que aceptaron la misma invitación: "Ven y lo verás", y quedaron impresionados por el "plus" de humanidad que se transparentaba en su mirada, en la palabra y en los gestos de personas que daban testimonio de Jesucristo. Todos los instrumentos son importantes y aquel gran comunicador que se llamaba Pablo de Tarso hubiera utilizado el correo electrónico y los mensajes de las redes sociales; pero fue su fe, su esperanza y su caridad lo que impresionó a los contemporáneos que lo escucharon predicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él, de verlo durante una asamblea o en una charla individual".

El Papa concluye su mensaje con estas palabras: "Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros la que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son". Es un reto hermoso y un compromiso para todos los comunicadores. Que así sea con la Gracia de Dios.

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