27 de octubre de 2018

"¿Qué quieres que haga por ti?"

DOMINGO XXX -  T.O. -B-  Jer 31,7-9/Heb 5,1-6/Mc 10,46-52

 

¿Qué quieres que haga por ti? Eso le pregunta Jesús de Nazaret al ciego de Jericó que le llama .¿Qué quieres que haga por ti?, nos pregunta hoy a nosotros cuando, como el ciego del camino, nos acercamos a Él.

 

Detrás de la narración hay una espléndida exposición catequética sobre el seguimiento de Jesús. Bartimeo es el hombre del siglo I y del siglo XXI que sentado en el borde del camino siente que necesita una luz para percibir un sentido en su vida y que pide desde las entrañas de su ser: “Ten compasión de mi”. El que reconoce la oscuridad de su propia ceguera comprende lo que es la luz... Bartimeo es el hombre de todos los tiempos que busca luz y que siente a su alrededor las voces de quienes le animan en su búsqueda -“ánimo, levántate, que te llama”- y de los que le ponen obstáculos -“le regañaban para que se callara”-. Bartimeo es el hombre que insiste en su búsqueda -“pero él gritaba más fuerte”-, de la que surge el diálogo directo -encuentro- con el Maestro que es la luz que ilumina nuestra tiniebla -“¿qué quieres que haga por tí?”-.

 

Lo que pedía el ciego era limosna, pero lo que realmente necesitaba era ver. En el fondo, lo que todos -aun teniendo necesidades materiales- más necesitamos: dar sentido a nuestra existencia. Subrayo que Bartimeo era un ciego que no quería serlo -“Maestro que pueda ver”-. Aunque esto parezca obvio, no olvidemos que en el aspecto espiritual son frecuentes los ciegos voluntarios y no hay, dice la sabiduría popular, “peor ciego que quien no quiere ver”. En la actualidad abunda, no ya la increencia ante lo religioso, sino una indiferencia que prescinde incluso de la búsqueda de sentido. Hoy no se invita a la búsqueda, tan solo a vivir. Einstein dijo: “Vivimos en un tiempo de medios perfectos y de metas confusas”. Metas confusas ¿quién sabe para qué vive? ¿sentido? Quien no sabe a dónde va puede que no llegue muy lejos...(“Quien tiene un porqué supera cualquier cómo”).

 

Bartimeo no hizo caso de aquellos que, regañándole, impedían que buscara una salida a su situación y por eso, tras el encuentro con Jesús: “Soltó el manto, dio un salto -confiado en la Palabra- y le siguió por el camino”. El seguimiento es la consecuencia moral de quien ha encontrado verdaderamente a Jesús. Ver es tener luz para caminar en el camino. Ver es experimentar “algo de Dios” cercano en Jesús, Palabra eterna del Padre. Ver es “encontrar” a Dios, percibir una energía fuerte, serena y constante para la acción realizada y entendida desde el seguimiento. Ver es caminar por la vida, por la historia (rapidez, masificación, ruido...), abiertos a la esperanza, al encuentro con “Aquello último que necesitamos”, con “Aquella mirada humana...”, Ver es amar, creer, sentir...

 

En el fondo el milagro que nos narra Mc no es sino una confesión de fe: Jesús es el Cristo, el Mesías y en él y por él se cumplen las señales anunciadas por los profetas, entre las cuales está, que los ciegos recobrarán la vista (Jer: profetiza sobre una vuelta feliz a la tierra prometida, guiados por el Señor. Se menciona el camino de cojos y ciegos... para significar que   recuperar la libertad produce tanta alegría como recuperar la vista o ser curado..., todo con un mensaje de liberación interior y exterior).

 

Ese es el mensaje de hoy: la luz de Dios, que es el mismo Cristo ilumina: "... el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida". Eso es lo que nos tiene que llenar de alegría también a nosotros. El Salmo, un canto de alegría para los que volvían del destierro de Babilonia: “Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares”: ¿No es cierto que todos esperamos el desenlace alegre de nuestras cosas, de nuestros problemas? La misericordia del Señor llega siempre. Hemos de esperar y tener confianza.  Tenemos un mediador ante Dios, un Sumo Sacerdote puro, sin pecado (Hebreos). Ese mediador que nos ha devuelto la vista, ilumina nuestro camino y seguimos avanzando juntos... La fe nos cura. Que así sea con la Gracia de Dios.

 

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