5 de febrero de 2009

"RECORRIÓ TODA GALILEA PREDICANDO..."

 DOMINGO  V  T.O. -B-   Job 7,1-4.6-7/1Cor 9,16-19,22-23/Mc 1,29-39

           

A lo largo de la historia de la salvación, Dios manifiesta, una y otra vez, una constante actitud de fidelidad: El mantiene su alianza como lo más sagrado, como algo que en ningún caso puede rescindirse. Incluso a través de crisis personales, cuando la fidelidad perece enturbiarse, Dios permanece fiel y al lado de los hombres. Ni la enfermedad, ni el dolor, ni la riqueza ni la pobreza... son signos de lejanía de Dios. En cualquier caso pueden ser interpelaciones en la existencia humana, cauces para un re-pensar cómo son las relaciones de la propia vida respecto a Dios.

El libro de Job es una reflexión sobre el sentido del sufrimiento inocente. Job no es un "resignado", sino un creyente que, desde su profunda relación con Dios, se atreve a "encararse" con Él y  se convierte en portavoz de todos los hombres marcados por el dolor y recoge en sus palabras la experiencia de toda la humanidad. La vida es dura...., una noche sin luz ni esperanza..., antes de abrirse al diálogo con Dios. La lucha de su fe es un ejemplo válido para todos, especialmente para quienes, desesperados, no encuentran el sentido a la existencia  cuando las cosas empiezan a ir mal.

Jesús es presentado en el evangelio de hoy como liberador de los males que afligen a la humanidad ("La población entera se agolpaba a su puerta"). La suegra de Pedro ("a la que cogió de la mano y levantó") es un ejemplo. Si Job nos presenta la existencia humana marcada por el sufrimiento, y un sufrimiento sin sentido, el evangelio nos muestra la actitud de Jesús hacia él: la curación y el consuelo de parte de Dios. El Reino del cielo que Jesús inaugura se hace presente en la medida que el sufrimiento humano es vencido, desde una opción clara a favor de la vida. Todos pueden experimentar ese amor curativo de Dios que libera integralmente (cuerpo-espíritu) la persona humana.

Jesús integra, además, dos realidades y lo hace sin contraponerlas: se entrega a la misión de liberar y se retira a orar. Para Él, el último criterio es el amor. Jesús ama y se entrega a los demás hasta dar la vida; va donde se encuentra la gente ("Recorrió toda Galilea...), pero el fundamento  de su existencia, la fuente de la misma, es Dios (""Se marchó al descampado y allí se puso a orar"). Todas las actividades de Jesús tienen su raíz en su peculiar experiencia de Dios como Padre amoroso, compasivo y misericordioso con todos los seres humanos. ¡Qué gran lección nos da!. En la agenda de Jesús hay tiempo para el hombre y tiempo la soledad, para Dios; para orar y para sanar.

Nuestra fidelidad al evangelio ha de traducirse en el servicio a los hombres, y como Pablo, acomodarse a todos los ambientes y situaciones. Se hace débil con los débiles y fuerte con los fuertes, se hace todo para todos, y esto le da la máxima libertad (frente a prejuicios y normas...) en el seno de la comunidad. Así, anunciando la buena noticia de la fe y la sanación, "gana a algunos de sus hermanos para Cristo".

Un ejemplo de todo ello: hace 50 años (en 1955) la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católica lanzó, desde Roma, un manifiesto en el que anunciaba su compromiso a favor de la lucha contra el hambre: "Nosotras, mujeres del mundo entero, no podemos aceptar por más tiempo que las fronteras del hambre se inscriban en nuestro globo con trazos de muerte. La guerra, la limitación de la natalidad, son soluciones falsas, ineficaces, de muerte. Sabemos y queremos que se sepa, que existen soluciones de vida, y que si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido...". En España, cuatro años después, un grupo de mujeres de la Acción Católica recogió el testigo y llamó la atención acerca de la necesidad de combatir tres tipos de hambre: de pan, de cultura y de Dios. Así nació la primera Campaña contra el Hambre. Nunca entendió Manos Unidas su gran actividad desde una actitud paternalista; desde siempre pretendió y pretende hoy crear  las condiciones necesarias para que las comunidades pobres encuentren el camino de un desarrollo digno de personas y puedan, por sí mismos, salir adelante. 50 años, más de  25.000 proyectos, tantas ayudas, voluntarios... con nuestra oración y nuestra colaboración  sigamos haciendo realidad el milagro del desarrollo integral  de los más necesitados. Que así sea con la Gracia de Dios.

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